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De dónde vengo y para dónde voy: sicología (barata) para músicxs

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Hace unos días un amigo me llamó para pedirme algunos contactos de fiestas de la cerveza para poder ofrecer a su banda. Podría solo compartirle los contactos, claro, pero no puedo evitar siempre hacerlo con algunas preguntas. Y una de ellas fue ¿qué quieres conseguir? lo que fue respondido con un silencio, luego una serie de explicaciones largas para que sólo se pueden definir con una palabra: confusión. Confusión sobre lo que se quiere hacer, claridad que se quiere conseguir lo que otro está haciendo. También frustración, de sentir que se ha trabajado en un proyecto varios años y que no se ha logrado lo que otros. Entonces y como no tengo más cosas a qué dedicarme hoy (comentario sarcástico, obviamente) es que retomando la línea de un texto anterior que compartí con 5 reflexiones para vender shows (Link acá) me pongo a teclear estas reflexiones para amigxs y conocidxs que puedan estar en la misma situación, esto es, pensando que quieren crecer con sus proyectos, disparando para varios lados, pero sintiéndose al terminar el día frustrados con los resultados de lo que hacen.

¿Se acuerdan cuando a unx le pasaban esa prueba de los fósforos, que era como una palita y que con dos movimientos había que sacar la basura? El enfoque de esa actividad era forzar a pensar más allá de los formatos conocidos, pero más importante, forzarnos a intentar en un constante ensayo error lo que no necesariamente estamos acostumbradxs.

Sin embargo, el punto fundamental de todo es muy simple: objetivo y estrategia. Te pasaban los fósforos y te decían: saca la basura. O sea, el resultado que se quiere lograr es claro y después era ensayar cómo lograrlo. Porque de eso se trata mucho de lo que unx hacer. Y cuando unx no tiene claro a qué quiere llegar, la verdad es que honestamente podemos llenarnos de tareas, podemos replicar todos los planes que otrxs ya hayan probado/implementado y capaz que igual tengamos algún avance. Pero probablemente nos sintamos al final agobiados y cansados (y frustrados).

¿Por qué esa banda vende shows y yo no? ¿Por qué los llamaron a este festival y a mí no? Las redes sociales nos hacen mirar para el lado y se renueva el clásico dicho «el pasto es más verde en la casa del lado». Acá sería un «la atención conseguida es mayor para la banda del lado». Y antes que se enojen al leer esto, porque el ego es algo difícil de domar, les digo que nadie está personalizando en ustedes. Simplemente, medirse con los resultados de otros y autoflagelarse siempre ha sido una mala inversión.

Por eso, la pregunta fundamental de todo esto es: ¿para qué hago lo que hago? Y la respuesta debe ser 100% sincera. ¿Hago música porque quiero ser famoso? bien. Cada unx sabe. ¿Hago música porque quiero aportar socialmente? nuevamente: bien. Cada unx sabe. La respuesta a esa pregunta va a determinar cuál es el tipo de camino que queremos seguir y hasta dónde queremos llegar. Pero he ahí la clave de todo: mis acciones deben estar alineadas con mi objetivo y mi motivación. Sino, nunca será suficiente lo que voy consiguiendo.

Una vez definido por qué hacemos lo que hacemos, viene la parte en la cual trazamos una hoja de ruta. Y nos preparamos para ella. No tiene más ciencia. Mirar las redes sociales de otras bandas y pensar que están «donde yo debiera estar» la verdad, no es ningún aporte. Cada uno trabaja, crece y hay espacio para todxs.

Entonces, primero me pregunto: ¿Por qué quiero hacer este proyecto? ¿qué quiero conseguir a nivel personal? (fama, dinero, reconocimiento de mis pares, aportar a la educación de otrxs, ayudar a la sociedad de alguna manera, expresarme a mí mismx, hay miles de razones, ninguna mejor que otra si la que se escoge es sincera y sale de las entrañas).

Luego de definida la motivación, se arma una estrategia. La estrategia es fundamental para el éxito de todo proyecto. Económico, social y también cultural. Tampoco debe ser algo tan elaborado, simplemente consiste en mirarse antes de actuar y responder algunas preguntas:

1.- Para llegar a ese objetivo (reconocimiento, fama, etc) ¿qué preparación tengo? ¿qué preparación no tengo? (por ejemplo: quiero que me reconozcan como el mejor músico en mi estilo ¿lo soy? ¿debo ensayar más?)

2.- Para llegar a ese objetivo ¿hay alianzas que pueda hacer? ¿redes que pudiera construir? ¿hay algo a mi alrededor que esté pasando que se vea como una oportunidad? ¿existen problemas externos a mí que pudieran hacer más difícil el tránsito hacia ese objetivo?

3.- ¿Qué tareas debo listar y cumplir y en qué plazos para poder llegar a este objetivo?¿qué socios necesito?

Una vez responda todas esas preguntas, ya estoy en condiciones mínimas de hacer una lista de tareas, asignar obligaciones, comenzar a moverme. Esas tareas deben tener además plazos realistas. Si tengo o no presencia en redes sociales o solo soy un «show sorpresa en vivo» (¿por qué no? como buscando a Fluffy), si participo en compilatorios, si saco un disco o saco canciones tipo single, etc etc. Todo lo que defina hacer, por ejemplo, tocar en una fiesta de la cerveza (porque ahí está mi público, porque así me doy a conocer, porque le canto a la chela) o pasar de esas invitaciones (porque ahí no está mi público, porque no es como me quiero dar a conocer, porque me carga el canto a la chela) al final debe estar alineado con esos objetivos y llevarme al camino trazado. Así, optimizo mis tiempos y escasos recursos si estamos partiendo, no me disperso y al final del día no sentiré la frustración que se genera cuando cabeza y corazón no están conversando entre sí.

¿Fácil? no. Pero necesario. Así, cuando mi proyecto se presente en una plaza frente a 50 pobladores o en Lollapalooza frente a miles, ambas experiencias para quien las vivan se sientan igual de exitosas (porque definitivamente ambas lo son). Y ojo, no todas las bandas tienen las agallas de tocar en una población, no todas son para Lollapalooza.

Foto: Monumento a la banda de músicos ambulantes de Praga, del blog https://blogsobrevarsovia.wordpress.com/

Melómana de nacimiento, obsesiva de formación, actualmente paso mis días entre la música que me haga sentido, las bandas que manejo y a los hijxs que crío, a Nueva Santiago y a Aldea Local. Traductora, periodista, manager, productora, booker, distribuidora de discos, mami, pareja y colega, con dos gatas adoptadas. Leo y veo series. En Pandemia también tejo, coso, hago crochet, collages y rompecabezas. - Siempre el mejor proyecto es el que está por venir -

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