Polí­ticos Muertos o cómo se hacen canciones

Para mí­ es muy simple, una buena canción es la mezcla perfecta entre letra y música. Y la banda que es capaz de componer buenas canciones (desde aquella premisa), entra de inmediato a una especie de panteón imaginario, un lugar a medio camino entre mi mente y mi parte espiritual en donde no entra cualquiera. Ahí­ por supuesto guardo esos componentes de la memoria, que unidos unos con otros, terminan constituyendo nuestra propia consciencia de aquello que somos. Digamos que estos recuerdos son una especie de ADN, no heredable, son la parte de nosotros que elegimos libremente.

Ya he dicho que de eso se trata esta sección, de recuerdos, de recortes sonoros perteneciente a bandas chilenas, a tipos que viven cerca de nuestras casas, que compran el pan en la panaderí­a de la esquina, tipos que tienen hijos, que trabajan en trabajos muchas veces miserables (porque en chile nadie vive de la música), salvo el Beto Cuevas. Y eso es lo mejor de esto saber que no se requiere ser especial, vivir en Miami, ni andar en limusina para hacer y grabar canciones, no se necesita creerse dios, para hacer pequeñas obras de arte de 3 o 4 minutos que emocionen hasta el tuétano a tus semejantes.

Sí­ ya sé, me estoy dando muchas vueltas y aún ni siquiera te he dicho de que banda voy a hablar en esta oportunidad. Bueno, Esta banda tiene cada uno de los elementos nombrados antes. Tipos comunes y corrientes, tipos del barrio; de San Miguel o La Cisterna, que un dí­a simplemente decidieron juntarse a hacer canciones. Me refiero a-  Polí­ticos Muertos.

Foto: Christian Castro Bekios bajo Licencia CC

Polí­ticos Muertos es una de las bandas pioneras del Punk Chileno, Junto a Fiskales Ad-Hok, han hecho escuela en lo que se refiere a pararse sobre un escenario y cantar en chileno. Pero por sobre todo lo que mas me gustaba de esta banda, era su capacidad de hacer canciones, de juntar ambos ingredientes. Una Música, potente, bien armada con unas letras punzantes, palabras que nunca te iban a dejar seguir con tu dí­a como si nada. Los Polí­ticos grabaron un disco en la CFA, un disco homónimo, que rápidamente se transformó en un clásico, en un imperdible, junto a cada una de sus tocatas que estaban cargadas de decibeles declaraciones polí­ticamente incorrectas y un despliegue escénico dentro de toda la tradición de Sex Pistols o The Clash. Era todo un evento verlos en cada una de esas tocatas armadas a pulso en locales malolientes a lo largo de Gran Avenida. Resultaba fácil imaginárselos echando los instrumentos a una camioneta arrendada en calle Paulina, cerca del callejón Lo Ovalle, para desde ahí­ dirigirse al punto del recital, eran como cualquiera de nosotros, pero solo lo eran hasta el momento justo de subir al escenario; por que una vez ahí­ se transformaban en los tremendos artistas que eran, una vez sobre el escenario nos iban dejando caer su pesada descarga de música y por que no decirlo» de principios, de verdades.

Burócratas, un temprano diagnóstico de nuestra Concertación polí­tica; Tarde de perros; Postal de una Raza, uno de los primeros temas de rock en tocar la problemática mapuche; Dios Te Ama, la canción que justamente nos recuerda que dios no nos ama, por que no existe; Triangulo Maldito; otra historia de enriquecimiento ilí­cito, esta vez avalado por la poco Santa Iglesia Católica,- –  Bolero, y la tremenda, la tremenda Al Matadero, un maldito himno que no te permite más que apretar los dientes y tragar saliva, para no ponerte a llorar, por que de verdad dan ganas de llorar cuando otra persona, es capaz de decirte a ti lo que te está pasando y decí­rtelo con verdadera poesí­a: «son las seis en punto, y la alarma interrumpe mi acalambrado sueño, muevo los huesos fuera de la cama y siento la cadena alrededor de mi cuello y afuera se amontonan los madrugadores y una mañana frí­a se clava en nuestras sienes desesperanzadas» y esto que me pasa cada mañana, que te pasa a ti cada mañana fue escrito hace mas de 15 años por esta banda, letras que se escriben con sangre.

Cada vez que alguien me dice que el arte no tiene que inmiscuirse en polí­tica, sé que quien me dice eso o es un estúpido o me dice eso con un interés polí­tico, con el interés de que no pensemos, de que no critiquemos, de que nos acostumbremos. Cada vez que alguien me dice que el arte, no debe meterse en polí­tica, me acuerdo de la ultima vez que vi a Polí­ticos Muertos, en el teatro monumental, iban a sacar un segundo disco, que nunca salió, por supuesto cerraron su presentación tocando al matadero, y al final dejaron sonando el acople de la guitarra un ruido terrible que me taladró el cerebro, y que grabó a fuego las palabras que dijo el vocalista a manera de despedida: «hay una guerra allá afuera -¿De qué lado estás Tú?».

Señoras y señores basta de palabras. Esto es Polí­ticos Muertos y esto que van a escuchar es un tremendo tema, pueden llorar de la emoción si quieren, total esto es radio» y nadie los va a ver.

Por Pablo San Martí­n M. | Foto: Claudio Torres